Descubran el puente del Gard
Que dispongan de una cuantas horas o de un día, aprovechen su visita para descubrir el puente del Gard, monumento bimilenario, muy bien conservado, joya del patrimonio cultural de la Galia narbonesa.
Nîmes se ubica sobre una banda de tierra entre las montañas : Cévennes y el mar, al pie de una fuente sagrada bordeada por la legendaria vía heracleana arreglada de nuevo en 118 antes de J.C. por el general romano Cneus Domitius Ahenobarbus, bautizada de nuevo desde entonces vía domiciana. Es una colonia romana dotada de un derecho latín(44-42), autorizada a acuñar la moneda que se convirtió en la metrópolis de los Volcas Arecómicos que comerciaba desde el siglo séis por lo menos con los Griegos (de la Grecia antigua, de Marsella y de Agde, de Rosas y de Ampurias) los Etruscos, los Ibéricos y los Itálicos. Primero bajo la protección de Cesar que se acuarteló para el invierno durante la guerra de los Galos, después sucesivamente bajo la de los emperadores Augusto después Tiberio, se convirtió cada vez más en Nîmes-la-Romana. Se vió dotada de un recinto romano (16-15) y de un acueducto hacia 50 después de J.C. Las condiciones eran favorables tanto que se dominaba mejor la construcción de los arcos imprescindibles para el paso del valle del Gardon.
1 – ¿ Por qué lado empezar la visita ?
Se puede acceder al puente del Gard por la carretera o por los senderos. En este último caso, gracias a los estatutos de los senderos, atravesar el paraje es gratuito y queda excelente.
a. Acceso por la carretera. Por la orilla izquierda (el lado de Uzès) o por la orilla derecha (el lado de Nîmes) se accede al paraje por un parking a partir de las 9. El acceso al paraje se paga para los que no son Gardois, 9,50 € por persona de más de 18 años (precio del primer semestre 2019), incluído el parking. Existe una tarjeta de abono anual individual de 15 € interesante a partir de dos visitas.
b. Acceso gratuito por los senderos. Se pueden coger los senderos que permiten acceder a las principales vías de paseo por el paraje, incluso el puente de carretera dicho puente Pitot colindante al puente romano.
El acceso por la orilla derecha es más noble, más auténtico porque excepto la antigua parada de carretera transformada en restaurante bastante bien integrada en el paisaje, se atraviesa menos espacios con cemento y se descubre de seguida la obra entera : sobre toda su largura (275 m actualmente) y sobre toda su altura (50 m) repartida en tres niveles de arcos. Estos arcos están notablemente estudiados para hacer frente a las crecidas del río, a los excesos de los vientos del norte (cierzo y Mistral), pero tal vez no a las agresiones de los hombres. Además, si se dispone de documentos, se puede descubrir sin dificultad, en la otra orilla del Gardon, a unas centenas de metros de la parte baja del monumento, una fachada de talla de las canteras antiguas de donde los canteros han extraído bloques de varias toneladas para reforzar la construcción del puente del Gard. El acceso a estas canteras auténticas y al muelle de embarque está condenado desde hace unos veinte años, se pregunta uno por qué. En la orilla derecha, entre dos bloques rocosos de varias centenas de metros cubos, se inserta un desembarcadero probablemente arreglado por los Romanos. Más cerca, en la orilla izquierda, se anda a proximidad de la huella muy nítida de un cabrestante. Siempre en esta orilla derecha, al pie de la colina, a 100 m de la parte baja del puente, la cueva de la Salpétrière fue explorada hasta los años 1990 por numerosos investigadores, entre los cuales verdaderos especialistas de paleocrecidas, porque esta cueva fue frecuentada bajo todos los regímenes climáticos por los Auriñacienses contemporáneos de los de la cueva Chauvet hace 40 000 años, por los Magdalenienses del máximo de la época glaciar, hace 20 000 años. Cada uno ha dejado huellas y objetos de sus actividades, reunidos ahora en los diferentes museos de Nîmes. Aprovechen esta orilla siguiendo auténtica para pasar sobre el arco del primer nivel y descubrir de seguida, al pie del pilar común de los arcos 3 y 4, el impacto de un palo romano utilizado para levantar las piedras de la ribera hasta el primer nivel.
2 – ¿ El puente del Gard, para qué ?
Desde su llegada, en 45 minutos ya han entendido una parte de la explicación del puente del Gard, colosal andamiaje de piedra construido por los Romanos para soportar la canalización de 50 km a su nivel el más elevado.
En una época en la que el transporte del agua no podía efectuarse mas que por la gravedad y en un lugar donde era imposible hacer funcionar un sifón en buenas condiciones físicas no quedaba más que el paso del valle por un puente, y un puente con arcadas. Algunas décadas antes, semejante obra hubiera sido imposible.
Se pueden dirigir hacia la orilla izquierda y alcanzar la parte superior del monumento trepando la colina sobre unos cincuenta metros. Marchar por el sendero unos 700 o 800 m río arriba permite descubrir vestigios alzados cuya proximidad cuenta la historia viva del acueducto de Nîmes.
Iniciados ya, pueden caminar hacia los espacios comerciales, a las tiendas, a la Gran Expo (accesible si han pagado la entrada al paraje). Permite a los que nos pueden caminar hacia las riberas tener una vista gracias a unas estructuras de resina bien moldeadas.
Si desean consagrar más de un día a la historia de los acueductos, les aconsejamos ir a la fuente de l’Eure en Uzès ; eso necesita medio día, después al castellum de Nîmes (otro medio día). Y si conceden interés a esta forma de patrimonio, una visita de los puentes con arcadas de la Lône (en el pueblo de Vers-Pont-du-Gard) les colmará.
Por fin, si pasan varios días en la región y si el acueducto de Nîmes les apasiona, les invitamos a consultar nuestra página web que hemos concebido adrede para ustedes. Les invitamos cordialmente a apuntarse para participar a las visitas gratuitas anunciadas en nuestra página web www.academie-pontdugard.com .
Buen descubrimiento.
Traductora : Señora Marie Brès González